Por: Carlos Fernández
Vicepresidente Ejecutivo y Presidente de JBT Diversified Food & Health

Las tecnologías innovadoras que abordan el impacto social y medioambiental de la fabricación de alimentos y bebidas para reducir los residuos, el consumo de agua y la electricidad, seguirán transformando la forma de producir, gestionar y distribuir los alimentos ahora y en el futuro.

El desperdicio de alimentos contribuye a dos de nuestros mayores retos globales: el hambre en el mundo y el cambio climático. En la actualidad, casi 690 millones de personas pasan hambre en el mundo, 10 millones más que en 2020 (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). Tener en cuenta los recursos necesarios para garantizar mejor la seguridad alimentaria para todos es una gran responsabilidad, y la innovación tecnológica es necesaria para encontrar nuevas soluciones para reducir el desperdicio de alimentos. Además, se estima que el desperdicio de alimentos también fue responsable de entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales entre 2010 y 2016 (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático).

Los proveedores de tecnología que abordan este problema a través de los productos que ofrecen pueden ayudar a sus clientes a contribuir a un mundo más sano y mejor. Por ejemplo, las soluciones para cítricos de JBT están diseñadas para aprovechar al máximo los recursos naturales. No se limitan a extraer el zumo, sino que también procesan subproductos muy valiosos, como la piel, los aceites y la pulpa. Con sus soluciones de procesado, los clientes pueden recuperar el valor de una mayor cantidad de ingredientes crudos, hasta el 100%. A nivel de procesamiento, las ventajas de sostenibilidad y ahorro de costes de la tecnología de procesamiento a alta presión (HPP) también han tenido un gran impacto. Los sistemas HPP de JBT Avure, por ejemplo, reducen la necesidad de utilizar conservantes artificiales, al tiempo que prolongan la vida útil y mejoran la seguridad de los alimentos.

Los productos de origen vegetal también seguirán creciendo en popularidad debido a sus beneficios para la salud y el medio ambiente, y las soluciones tecnológicas tendrán que adaptarse en consecuencia. Las ventas mundiales al por menor de alternativas alimentarias de origen vegetal podrían alcanzar los 162.000 millones de dólares en 2030, frente a los 29.400 millones de dólares de 2020 (Bloomberg Intelligence Research). De ser así, el mercado proyectado de alimentos de origen vegetal representaría casi el 8% del mercado mundial de proteínas.

Para los fabricantes que suministran estos productos, el equipo Sterideal® de temperatura ultra alta (UHT) de JBT ha demostrado su eficacia, gracias a un innovador diseño de bobina que tiene un mejor rendimiento con tiempos de producción más largos debido a la reducción de la precipitación en el proceso. Además de las ya populares proteínas de origen vegetal y las alternativas lácteas, las proteínas de cultivo, aunque todavía no son la corriente principal, están ciertamente en el horizonte. La carne cultivada hizo su debut en el mercado hace casi una década y seguirá creciendo como fuente de proteína alternativa líder.

Conozca la tecnología que impulsa la innovación en sostenibilidad y cómo JBT apoya los esfuerzos de sostenibilidad de nuestros clientes en nuestro último informe ESG: https://www.jbtc.com/about-us/esg/.